Si la pasión por el trekking llevó a cientos de personas a recorrer el norte de España con su mochila o parte de Perú , ¿qué nos impide realizar una ruta más larga? O sea, la ruta más larga que se puede realizar sin la necesidad de coger un vehículo o barco para continuar. La lección más importante recibida por Nacho Dean es haber aprendido a convivir con la soledad a la que se enfrentó con aplomo e imaginación para evitar volverse loco. “En Australia me pasé casi tres meses sin hablar con absolutamente nadie. Cantaba, charlaba en voz alta o interpretaba papeles de películas para contemplar ese vacío atronador que generan los días en silencio”, reconoce.
La última la cuenta en su libro La llamada de los océanos , con el que quiere concienciar sobre la necesidad de conservar los mares. Hablamos con este naturalista, explorador, aventurero profesional y finalista del premio Princesa de Asturias a la Concordia en 2015 de su libro, pero asimismo de tiburones, cocodrilos, viajes, maletas, desafíos… Llevarlo a cabo andando ya es algo más difícil, aunque no irrealizable.
Vida Y Estilo
Lo que Nacho se lleva de toda la experiencia vivida, fué el contacto con la naturaleza. “Han sido 3 años a la intemperie, cruzando desiertos, montañas, junglas, viviendo todos estos panoramas y conociendo una secuencia de animales que solo había visto antes en reportajes”. Al fin y al cabo, “conociendo el planeta como un niño”. El explorador enseña que cada día era una aventura diferente, “sabía de qué forma me levantaba, pero no dónde dormiría la noche siguiente, ni la gente o los obstáculos que me encontraría por el sendero”.
Si bien naturalmente, la mayoría del viaje fueron buenas vivencias. Una de las que recuerda con bastante cariño fue en el desierto de Atacama, en Chile, entre el Océano Pacífico y la cordillera de los Andes. Observar una noche estrellada es de las experiencias mucho más preciosas de este planeta, mirar al cielo y contemplar lo increíble de la naturaleza. En este orden, el aventurero dio la vuelta el planeta andando, conociendo a cientos de personas de culturas, religiones, nacionalidades y profesiones muy diferentes. “La humanidad de toda esta gente, es el mayor tesoro de este viaje”, apunta el explorador, quién señala que “por todas partes donde he estado, me han tendido la mano, me han abierto las puertas de su casa y me han sentado en la mesa como un miembro más de sus familias”.
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Gracias a viajar en el mismo sentido que la rotación de la Tierra. Nacho pasó al continente asiático por el ajustado del Bósforo, para continuar por Georgia, Armenia, Van a ir, Emiratos Árabes Unidos (donde cogió un ferry con destino la India), Nepal, Bangladesh, Myanmar, Tailandia, Malasia y el conjunto de islas que compone Indonesia hasta las costas de Australia. “Los preparativos me llevaron nueve meses”, cuenta Dean a ECD. “Empecé a trabajar en el calendario, el itinerario, las vacunas, las comunidades… Deseaba atar el mayor número de cabos para tener una garantía mínima de éxito”, enseña.
Sus hombros se fatigaron, le hacía falta la respiración. Conque volvió a casay empezó a leer sobre de qué manera tenía que entrenar, se puso a ver vídeos de natación y en un abrir y cerrar de ojos su vida comenzó a girar única y exclusivamente cerca de la natación. Comenzó a preocuparse por reducir el esfuerzo, por alargar las brazadas, a entender la importancia que tiene la flexibilidad de tobillos y hombros… Si quiere entender de qué manera fue su viaje, tienes su libro, La llamada del océano , donde lo desgrana con tal lujo de datos (cómo el temor en Papua Guinea), que no queremos hacerte ningún spoiler.
Un recorrido que sumado en su conjunto, llegó a desgastar 12 pares de zapatillas deportivas diferentes. Si decidiéramos trazar un paseo sobre tierra firme, ¿cuál sería la máxima distancia entre dos puntos que se podría recorrer caminando? La contestación la desveló en formato vídeo Joseph Pisenti del canal de YouTube RealLifeLore.
Fue entonces, tras dos semanas de caminata a solas, cuando comenzó a fraguarse la iniciativa de dejarlo todo y emprender un viaje por el mundo. Su pasmante hazaña le ha llevado a ganar esenciales premios, pero más aún, la satisfacción de cumplir un sueño y mandar un mensaje de concienciación sobre la relevancia de proteger nuestro planeta, propósito por el que emprende estos viajes. Esta famosa oración de Lao-Tse, ha resultado ser de gran inspiración para millones de personas que quieren alcanzar sus sueños por más grandes que simulen. El mayor “tesoro” que Dean se lleva de toda esta aventura es la multitud. El cobijo que le prestaba la gente y su hospitalidad está detrás de esta afirmación que resume el emocionante viaje de Dean. “Ver a personas muy pobres que te ofrecen lo poco que tienen, que te proponen su única cama y ellos duermen en el suelo es algo que impacta”, explica.
La jornada acababa con los últimos rayos y la noche la pasaba en su tienda de campaña. Indudablemente, un viaje de tal magnitud no avanza sin tener que superar ninguna dificultad, y tras cruzar cuatro continentes caminando, sin asistencia y de manera ininterrumpida, las anécdotas y experiencias son incontables. Decidir qué países cruzar y cuáles descartar fue una de las partes más espinosas de la planificación del viaje. “Tenía un itinerario provisional que iba cambiando”, cuenta el aventurero, que explica que trazó un “itinerario seguro” evitando pasar por países en guerra como Siria o Afganistán. Hasta el día de hoy, solo cinco personas de todo el mundo consiguieron dar la vuelta al planeta andando, una experiencia que Nacho recoge en el libro Libre y salvaje . En un mismo día, la distancia máxima que llegó a recorrer fueron 85 km, y el máximo de litros de agua consumidos asimismo en un mismo día fueron 7 en Tailandia, Malaysia y Australia.
Un Viaje Lleno De óbices Y Bellas Vivencias
Comenzó en Chile hasta terminar en USA, pasando por países como Perú, Panamá (allí cogió un ferry a Ecuador para “eludir el tapón de Darien”), Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala y México. El aventurero recuerda un par de episodios trágicos cuando estuvo a puntito de ingresar en prisión acusado de espionaje, por culpa de unas fotografías en la frontera entre Armenia e Irán. Y un segundo caso cuando lo intentaron asaltar con machetes miembros de las maras en El Salvador.